miércoles, 29 de febrero de 2012

Allá donde fueres, haz lo que vieres

Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia, Laponia.


Hace años, en el colegio nos mandaron leer un libro sobre Laponia y sus gentes, los samis. La historia de una niña que vivía allí, su día a día y sus historietas. Teníamos 11 años y ese libro nos marcó a todos. El concepto de Laponia entró en nuestras mentes y se que a más de uno le marcó tanto ese libro que desde entonces su sueño ha sido viajar a Laponia, por eso esta entrada te la dedico a tí.

Los samis, son el pueblo que habita Laponia. Este pueblo lapón es el único pueblo de Europa que es reconocido como pueblo indígena por el estado noruego y es una minoría étnica. Los samis viven al norte de la península escandinava y como otros muchos pueblos indígenas minoritarios han sufrido la represión  de los pueblos mayoritarios que han llegado más tarde que ellos a sus tierras.


Si hay algo que caracteriza Laponia, son las auroras boreales. A lo largo de la historia se ha dicho mucho sobre estos fenómenos naturales y en cada época, los pueblos le daban su propio significado. En la Edad Media se creía que eran luchas y batallas en el cielo. Daban miedo y producían terror, pensando que eran anuncios de graves catástrofes.

Los esquimales, los lapones y los habitantes de Groenlandia siempre han estado muy familiarizados con esta luz misteriosa del cielo y la asociaban con su filosofía y con sus ideas de la vida en el otro mundo. Y esto cuenta una leyenda esquimal:

"Los límites de la tierra y el mar son bordeados por un inmenso abismo, sobre él aparece un sendero estrecho y peligroso que conduce a las regiones celestiales. El cielo es una gran bóveda de material duro, arqueado sobre la tierra. Hay un agujero en él a través del que los espíritus pasan a los verdaderos cielos. Sólo los espíritus de aquellos que tienen una muerte voluntaria o violenta y el cuervo, han recorrido este sendero. Los espíritus que viven allí encienden antorchas para quitar los pasos de las nuevas llegadas. Esta es la luz de la aurora. Se pueden ver allí festejando y jugando a la pelota con un cráneo de morsa."


El sonido que a veces pueden producir las auroras dicen que son las voces de los espíritus que intentan comunicarse con la gente de la tierra. 







La Laponia finlandesa a sido durante cientos de años el hogar de Santa Claus y sus duendes, donde viven en paz y tranquilidad en la naturaleza. 


Laponia, ese misterioso lugar en la cima de Europa.

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